Hoy nos reunimos como iglesia para celebrar un momento especial, lleno de alegría y gratitud hacia Dios. Es un honor para nosotros presentar ante la congregación a los más pequeños de nuestras familias, quienes hoy reciben una bendición y un compromiso de parte de sus padres, como miembros de la comunidad de fe. Estos hermosos bebés son un regalo precioso de Dios, y como iglesia, nos unimos en oración para pedir por su salud, protección y el desarrollo de su vida en su amor y gracia.
Hoy presentamos a los bebés de cinco familias que han decidido, con amor y responsabilidad, dedicar a sus hijos al Señor. Sabemos que ser padres es un desafío y una bendición, y es por eso que como iglesia, nos comprometemos a acompañar a estas familias en su jornada de fe, orando por ellos y apoyándolos en cada etapa de su crecimiento.
Pedimos que el Señor guíe a cada uno de estos pequeños en su camino, que les dé sabiduría, paz y fortaleza, y que desde temprana edad puedan conocer y experimentar Su amor. Que el hogar de cada familia sea un lugar lleno de esperanza, unidad y la presencia de Dios. Les pedimos a ustedes, hermanos y hermanas en Cristo, que se unan con nosotros en oración, para que estos bebés crezcan bajo la protección y dirección divina.
Hoy no solo celebramos a estos niños, sino también el compromiso de sus padres de criarlos en el temor y amor de Dios. Les pedimos a las familias que traen a sus hijos hoy, que los eduquen en la fe, que les muestren el camino de la verdad y la vida, y que siempre les den el ejemplo del amor y la gracia de nuestro Señor.
Con alegría y gratitud, les damos la bienvenida a estos pequeños a la familia de la iglesia Amor de Jesús, confiando en que su vida será un testimonio de la bondad y fidelidad de nuestro Dios. ¡Que Dios les bendiga y les guarde siempre!
